Las 7 postales del verano chilango que solo puedes tomar en el Centro Histórico

El verano en la Ciudad de México tiene una luz especial. Aunque las lluvias a veces interrumpen los planes, también dejan cielos despejados, reflejos inesperados en los charcos y atardeceres que tiñen de dorado los edificios más antiguos. Para quienes disfrutan caminar con cámara en mano (o celular), el Centro Histórico es un escenario perfecto.


Aquí te compartimos 7 postales que solo puedes capturar en esta temporada y en este rincón de la ciudad. Algunas son clásicas, otras más escondidas, pero todas tienen algo que solo el verano chilango puede ofrecer.

1. El Zócalo después de la lluvia
Pocas cosas tan fotogénicas como el Zócalo minutos después de una tormenta de verano. El piso mojado actúa como espejo y duplica la imagen de la Catedral y el Palacio Nacional.
Si te quedas el tiempo suficiente, podrías ver cómo el cielo se abre y aparece una luz cálida que pinta todo de dorado. Es el momento perfecto para capturar esa postal que parece salida de otro tiempo.

2. Nieves y raspados en la calle
No hay verano sin nieve. Y en el Centro, eso significa encontrar a los vendedores ambulantes con sus carritos llenos de sabores clásicos: mamey, limón, grosella, horchata. Los ves con sus sombrillas de colores mientras la gente pasa apurada o se detiene a refrescarse. Una escena muy mexicana, y muy de verano.

3. Sombras largas en la Alameda Central
La Alameda, con sus árboles frondosos, cambia durante el verano. Las sombras se alargan, el sol se cuela entre las ramas, y todo se ve más suave, más pausado.
Aquí puedes sentarte a ver pasar la vida o simplemente tomar una foto de esos contrastes tan bonitos entre luz y sombra.

4. Las terrazas con drinks bien fríos
Una buena forma de pasar una tarde de verano es en una terraza con vista. Balcón del Zócalo (dentro de nuestro hotel Zócalo Central & Rooftop) es una gran opción para disfrutar de un drink con el Zócalo, la Catedral y el Palacio Nacional como telón de fondo.
También puedes probar El Mayor, La Terraza del Museo Kaluz o La Azotea en Barrio Alameda. En todas encontrarás buena comida, cócteles frescos y vistas que se disfrutan mucho.

5. Reflejos en los charcos después de la lluvia
Hay un momento mágico que pasa solo si tienes suerte: cuando llueve por la tarde y luego sale el sol, los charcos se vuelven espejos.
Puedes ver reflejada la Torre Latino, alguna cúpula, una esquina con faroles encendidos… Todo se ve doble. Solo hay que mirar abajo.

6. Librerías que invitan a quedarse horas
Cuando el calor aprieta o cae un aguacero en el Centro, una buena opción es entrar a una librería y qué mejor si tiene décadas de existir.
Las de la calle Donceles tienen un encanto polvoriento y guardan verdaderos tesoros, como libros viejos, mapas y revistas antiguas. Además de perderte entre estantes, puedes capturar fotos únicas de estos rincones tradicionales del Centro Histórico.

7. El Palacio de Bellas Artes desde las alturas
Hay fotos del Palacio de Bellas Artes... y luego están las que se toman desde lo alto. En los pisos superiores de la tienda departamental, que se encuentra justo enfrente, hay una cafetería que te regala una vista perfecta de la fachada principal. Es un gran lugar para hacer una pausa y tomar una foto que parece sacada de una postal.
Otra opción es subir a la Torre Latinoamericana y asomarte desde sus miradores. Desde ahí, el Palacio se ve en todo su esplendor, rodeado por el caótico encanto del Centro Histórico.

¿Dónde hospedarte en el Centro Histórico?


Si quieres descubrir estas postales sin prisas, lo mejor es quedarte en el corazón del Centro Histórico.
Nuestros hoteles Zócalo Central & Rooftop, Histórico Central y Canada Central & Rooftop están a unos pasos de todos los puntos que mencionamos.


Y cuando regreses de tus recorridos bajo el sol o después de la lluvia, te espera una habitación cómoda, café, pan y snacks gratis en Café Central, y la certeza de que mañana la ciudad volverá a sorprenderte.

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